martes, 4 de noviembre de 2008

Cuando el optimismo se va a la mierda

Sigo cantando la misma canción, "Tú", como un teléfono malogrado.

No, no esperaba que todo fuera igual, tampoco esperaba de ti mentiras y respuestas automáticas como un answering machine (si no suena muy redundante). Esperaba algo. Mi optimismo me hacía actuar así, quizás te exigía algo que a ti no te interesaba dar: atención, mas no indiferencia. Pero la indiferencia llegó en la balsa conducida por Caronte y ¿acaso no sabes que la indiferencia mata?

¿Por qué no puedo odiarte? ¿Por qué no puedo despreciarte? ¿Por qué no puedo justificar mi "eres una mierda"? ¿Por qué te aprecio a pesar de lo fría que eres conmigo y de tus palabras desdeñosas? ¿Por qué te escribo esto si sé que a ti ni te importará? No sé, no puedo entender por qué aún sigo pensando que todo es como antes. Pero no como aquel "antes", sino un antes que no existió más que en mí.

Mi objetivo fue ser tu amiga. ¿Es mucho pedir? Sí. Aún recuerdo aquellas palabras de una persona ajena a esto: "No puedes obligar a alguien a que sea tu amiga". Además ¿amigas? Imposible así.

En fin. It's over. De verdad, termina ya para mí, por fin, por fin... ¡debes estar tranquila! Dejaré de hastiarte, dejaré de ser alguien para ti. It's over, it's so fucking over. And it hurts.

Jode todo esto. Me jode también porque no te conozco, ignoro todo lo que pasa a tu alrededor. Apenas puedo hacerme una idea con tus breves frases que solías decirme para que yo ya no te siguiera jodiendo más. And that's it. Si crees que sé de ti por otras vías, estás equivocada, no pregunto a nadie sobre ti. Me gustaría contarte el porqué de aquel suceso que, según tú, te hizo perder la confianza en mí. Hay una razón y hay muchas cosas más que no sabes. Pero ya, ¿de qué sirve todo esto? De nada.

0 comentarios: